Es un fenómeno desconcertante, resultado de varios factores. Los cambios hormonales, como los aumentos de hCG y estrógeno, pueden molestar el estómago. La mayor sensibilidad al olfato puede provocar náuseas, posiblemente relacionadas con cambios hormonales. El aumento de ácido estomacal debido a los cambios hormonales contribuye al malestar. El embarazo ralentiza la digestión, lo que le da al ácido estomacal más tiempo para causar náuseas. El estrés y las emociones pueden empeorarlo, y la genética también juega un papel: si tu madre o hermanas lo tuvieron, tú también podrías tenerlo. Un giro intrigante: algunos expertos creen que las náuseas matutinas podrían proteger a tu bebé en desarrollo de sustancias alimentarias dañinas durante la vulnerabilidad fetal. Es el sistema de defensa temprano de tu cuerpo.
Controlar las náuseas matutinas durante el embarazo puede ser un desafío, pero existen estrategias para que sean más llevaderas. Aquí hay algunos consejos: Come comidas pequeñas y frecuentes para estabilizar el azúcar en sangre. Opta por alimentos blandos como galletas saladas y arroz. Mantente hidratada con líquidos claros. Prueba el jengibre para aliviar las náuseas. Evita los olores fuertes y mantén tu entorno fresco. Experimenta con rodajas o caramelos de limón.