Los calambres musculares pueden ser el resultado de varios factores. La mayoría son inofensivos y se resuelven por sí solos, pero los calambres graves o persistentes pueden requerir atención médica. Algunos de los factores que pueden causar calambres incluyen: Fatiga muscular. Deshidratación y desequilibrio de electrolitos. Mala circulación. Compresión de nervios. Problemas musculoesqueléticos. Calentamiento insuficiente. Medicamentos. Condiciones médicas subyacentes. Estrés y ansiedad.
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