Desencadenantes de la EM: 12 Guía Completa de Prevención

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La esclerosis múltiple (EM) es una afección crónica que afecta el sistema nervioso central. Provoca inflamación y daño en la capa protectora de las fibras nerviosas, llamada mielina.

Esto puede dar lugar a diversos síntomas, como problemas de visión, entumecimiento, debilidad, fatiga, dolor y dificultades cognitivas.

La EM es impredecible y varía de una persona a otra.

Algunas personas pueden experimentar síntomas leves, mientras que otras pueden tener discapacidades graves.

La EM también puede tener períodos de recaída y remisión, donde los síntomas empeoran o mejoran con el tiempo.

No hay cura para la EM, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y reducir la frecuencia y gravedad de las recaídas.

Sin embargo, algunos factores pueden desencadenar o empeorar los síntomas de La EM, y pueden variar para cada individuo.

Conocer tus desencadenantes de La EM y cómo evitarlos puede ayudarte a vivir mejor con la enfermedad y prevenir posibles complicaciones.

En esta entrada de blog, discutiremos 12 desencadenantes comunes de la esclerosis múltiple y cómo evitarlos. Estos son:

Estrés

Calor

Parto

Enfermarse

Ciertas vacunas

Deficiencia de vitamina D

Falta de sueño

Dieta deficiente

Fumar

Medicamentos

Interrupción de medicamentos

Exigirse demasiado

Estrés

El estrés es uno de los desencadenantes más comunes de la esclerosis múltiple.

Puede provenir de diversas fuentes, como el trabajo, la familia, las finanzas o problemas de salud.

El estrés puede afectar tu sistema inmunológico, hormonas y sistema nervioso, aumentando la inflamación y el estrés oxidativo en tu cuerpo.

Esto puede empeorar los síntomas de la EM, como fatiga, dolor, cambios de humor y problemas cognitivos.

Cómo evitarlo: Encuentra formas saludables de lidiar con el estrés, como practicar técnicas de relajación como yoga, meditación, ejercicios de respiración o mindfulness.

Buscar ayuda profesional, como asesoramiento, terapia o grupos de apoyo.

Hablar con amigos, familiares u otras personas que comprendan lo que estás experimentando.

Participar en hobbies o actividades que te hagan feliz y te calmen, como leer, escuchar música, jardinería o pintura. Establecer metas realistas y alcanzables, y priorizar tus tareas.

Pedir ayuda cuando la necesites y delegar o decir no a responsabilidades innecesarias.

Calor

El calor también puede desencadenar o empeorar los síntomas de la esclerosis múltiple, especialmente para las personas con sensibilidad al calor.

El calor puede provenir de diversas fuentes, como el sol, el clima cálido, la calefacción interior, baños calientes, saunas o ejercicio.

El calor puede afectar la conducción de los impulsos nerviosos y causar síntomas como visión borrosa, debilidad, entumecimiento, mareos o fatiga.

Cómo evitarlo: Mantente fresco e hidratado, como evitar la exposición directa al sol y usar protector solar, sombreros, gafas de sol y ropa de colores claros.

Permanecer en lugares con aire acondicionado o sombreados y usar ventiladores o dispositivos de enfriamiento. Beber mucha agua y evitar alcohol y cafeína, que pueden deshidratarte.

Tomar duchas o baños fríos, o usar compresas frías o bolsas de hielo.

Usar prendas de enfriamiento, como chalecos, bufandas o muñequeras, que pueden reducir tu temperatura corporal.

Hacer ejercicio por la mañana o por la noche, cuando hace más fresco, y tomar descansos y descansar cuando sea necesario.

Parto

El parto puede ser un desencadenante de recaídas de la EM, especialmente en los primeros tres meses después del parto.

Esto se debe a que el embarazo puede tener un efecto protector sobre la EM debido a cambios hormonales y modulación del sistema inmunológico.

Sin embargo, después del parto, estos cambios se revierten y aumenta el riesgo de recaída.

Cómo evitarlo: Es posible que no puedas prevenir una recaída después del parto, pero puedes tomar medidas para reducir su impacto, como planificar con anticipación y hablar con tu médico sobre tu tratamiento para la esclerosis múltiple antes, durante y después del embarazo.

Cuidarte a ti misma y descansar tanto como sea posible después del parto. Buscar ayuda de tu pareja, familia, amigos u otros cuidadores que puedan ayudarte con el bebé y las tareas domésticas.

Amamantar, si es posible, ya que algunos estudios sugieren que puede tener un efecto protector contra las recaídas posparto.

Monitorear tus síntomas y comunicarte con tu médico si notas algún cambio o empeoramiento.

Enfermarse

Enfermarse, como tener un resfriado, gripe, infección o fiebre, también puede desencadenar o empeorar los síntomas de la EM.

Esto se debe a que las infecciones pueden activar tu sistema inmunológico y causar inflamación y estrés oxidativo en tu cuerpo.

Esto puede afectar la función nerviosa y causar síntomas como fatiga, debilidad, dolor o problemas cognitivos.

Cómo evitarlo: Prevenir y tratar infecciones, como lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca.

Evitar el contacto con personas enfermas y usar una mascarilla si es necesario.

Vacunarte según lo recomendado por tu médico contra infecciones comunes como la gripe o la neumonía.

Mantener una dieta equilibrada y tomar suplementos como vitamina C, zinc o probióticos que puedan fortalecer tu sistema inmunológico.

Tomar medicamentos como antibióticos o antivirales según lo recetado por tu médico si tienes una infección.

Tomar medicamentos de venta libre como analgésicos o antipiréticos para reducir la fiebre o la inflamación.

Deficiencia de vitamina D

La deficiencia de vitamina D también puede desencadenar o empeorar los síntomas de la EM.

Esto se debe a que la vitamina D es esencial para tu sistema inmunológico, salud ósea y función nerviosa.

La deficiencia de vitamina D puede aumentar la inflamación y el estrés oxidativo en tu cuerpo, y afectar la función nerviosa, lo que puede causar síntomas como fatiga, debilidad, dolor o problemas cognitivos.

Cómo evitarlo: Obtén suficiente vitamina D, como:

Exponiendo tu piel al sol, durante aproximadamente 15 a 20 minutos al día, preferiblemente por la mañana o por la tarde, cuando está más fresco.

Consumiendo alimentos ricos en vitamina D, como pescado graso, huevos, queso, champiñones o cereales fortificados, leche o jugo de naranja.

Tomando suplementos, según lo recomendado por tu médico, que te proporcionen la cantidad adecuada de vitamina D.

Verificando tus niveles de vitamina D y ajustando tu ingesta según sea necesario, con la orientación de tu médico.

Falta de sueño

La falta de sueño también puede desencadenar o empeorar los síntomas de la EM.

Esto se debe a que el sueño es vital para la salud cerebral, la memoria, el estado de ánimo y la energía.

La falta de sueño puede afectar la función cognitiva y causar síntomas como fatiga, irritabilidad, depresión o falta de concentración.

Cómo evitarlo: Mejora la calidad y cantidad de tu sueño, como:

Siguiendo un horario regular de sueño, y acostándote y levantándote a la misma hora todos los días.

Creando un ambiente de sueño cómodo y relajante, manteniéndolo oscuro, tranquilo, fresco y libre de distracciones.

Evitando la cafeína, el alcohol, la nicotina o comidas pesadas, especialmente por la noche, ya que pueden interferir con tu sueño.

Evitando las siestas, especialmente por la tarde, ya que pueden interrumpir tu ciclo de sueño.

Practicando una buena higiene del sueño y evitando pantallas, trabajo o actividades estresantes antes de acostarte.

Realizando algún ejercicio suave, meditación o ejercicios de respiración para ayudarte a relajarte y conciliar el sueño.

Dieta deficiente

Una dieta deficiente también puede desencadenar o empeorar los síntomas de la EM

Esto se debe a que tu dieta puede afectar tu sistema inmunológico, inflamación, estrés oxidativo y función nerviosa.

Consumir alimentos altos en grasas saturadas, azúcar, sal o ingredientes procesados puede empeorar los síntomas, como fatiga, dolor o problemas cognitivos.

Cómo evitarlo: Consume una dieta saludable y equilibrada, como:

Comiendo más frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables, que te proporcionarán los nutrientes esenciales, antioxidantes y compuestos antiinflamatorios para tu cuerpo.

Consumiendo menos carne roja, productos lácteos, huevos, alimentos fritos, productos horneados, dulces y snacks, que pueden aumentar la inflamación y el estrés oxidativo en tu cuerpo.

Consumiendo más alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como pescado, nueces, semillas o aceite de linaza, que pueden apoyar la salud cerebral y nerviosa.

Consumiendo más alimentos ricos en fibra, como frijoles, lentejas, avena o manzanas, que pueden mejorar la digestión y la función intestinal.

Bebiendo suficiente agua y evitando bebidas azucaradas, alcohol o cafeína, que pueden deshidratarte o afectar la función nerviosa.

Fumar:

Fumar ha sido identificado como un posible desencadenante de exacerbaciones de la esclerosis múltiple (EM).

Estudios sugieren que las personas con EM que fuman pueden experimentar una progresión más rápida de la enfermedad.

Las sustancias nocivas del humo del tabaco pueden exacerbar la inflamación y la disfunción del sistema inmunológico, contribuyendo al empeoramiento de los síntomas de la EM.

Para evitar este desencadenante, se recomienda encarecidamente dejar de fumar.

No solo beneficia la salud general, sino que también puede contribuir a un mejor manejo de la esclerosis múltiple.

Medicamentos:

Ciertos medicamentos, especialmente aquellos que afectan el sistema inmunológico, pueden potencialmente desencadenar recaídas de la EM.

Es crucial comunicarse abiertamente con tu proveedor de atención médica sobre tu diagnóstico de EM y cualquier medicamento, ya sea recetado o de venta libre, que estés tomando.

Esto les permite elegir medicamentos que no afecten adversamente a tu esclerosis múltiple o ajustar las dosis según sea necesario.

Siempre consulta a tu profesional de la salud antes de comenzar o dejar de tomar cualquier medicamento para asegurarte de que esté alineado con tu plan de manejo de la EM.

Interrupción de Medicamentos:

Interrumpir abruptamente los medicamentos recetados para la esclerosis múltiple sin la guía adecuada de un profesional de la salud puede ser riesgoso.

La discontinuación de terapias modificadoras de la enfermedad (TME) u otros medicamentos puede llevar a la reactivación de la enfermedad y aumentar el riesgo de recaídas.

Es esencial seguir tu plan de tratamiento recetado y consultar con tu proveedor de atención médica antes de realizar cualquier cambio.

Pueden brindar orientación sobre cómo reducir los medicamentos de manera segura o transicionar a tratamientos alternativos cuando sea necesario.

Exigirse demasiado:

El sobre esfuerzo o exigirse más allá de los límites físicos puede ser un desencadenante para que los síntomas de la EM se intensifiquen.

El estrés, la fatiga y el sobrecalentamiento son resultados comunes de exigirse demasiado, todos los cuales pueden exacerbar los síntomas de la EM.

Aprender a escuchar tu cuerpo y respetar sus limitaciones es crucial. Implementar estrategias como dosificar tus actividades, tomar descansos y dar prioridad al descanso puede ayudar a gestionar la fatiga y reducir el riesgo de desencadenar los síntomas de la esclerosis múltiple.

Equilibrar las actividades con un descanso adecuado es clave para mantener el bienestar general y gestionar los desafíos que plantea la EM.

Conclusión

En la navegación de las complejidades de la EM, comprender y gestionar los posibles desencadenantes es un aspecto crucial para mantener un enfoque equilibrado y proactivo hacia la salud general.

Reconocer desencadenantes como fumar, medicamentos específicos, cambios abruptos en las rutinas de medicación y el sobre esfuerzo permite a las personas con EM tomar decisiones informadas que pueden impactar positivamente en su bienestar.

Evitar los desencadenantes implica una combinación de ajustes en el estilo de vida, comunicación con los profesionales de la salud y priorización del autocuidado.

Dejar de fumar, seguir los regímenes de medicación recetados y escuchar el propio cuerpo para evitar un esfuerzo físico excesivo son componentes integrales de una estrategia de manejo efectiva de la EM.

Al adoptar un enfoque integral que considere tanto el bienestar físico como emocional, las personas con EM pueden empoderarse para vivir vidas plenas minimizando el impacto de los posibles desencadenantes.

La comunicación regular con los proveedores de atención médica, mantenerse informado sobre las últimas investigaciones e incorporar prácticas de estilo de vida saludables contribuyen a un plan de manejo integral de la EM.

En resumen, comprender y abordar proactivamente posibles desencadenantes juega un papel significativo en mejorar la calidad de vida de quienes viven con EM.

Al tomar el control de su salud y tomar decisiones informadas, las personas con EM pueden navegar su camino con resiliencia y optimismo.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto tiempo lleva para que fumar afecta los síntomas de la EM?

El impacto de fumar en los síntomas de la EM puede variar entre individuos.

Sin embargo, los estudios sugieren que las personas que fuman pueden experimentar una progresión más rápida de la enfermedad.

Se recomienda dejar de fumar para obtener una mejor salud general y mejorar la gestión de la esclerosis múltiple.

¿Puedo dejar de tomar mis medicamentos para la esclerosis múltiple si me siento bien?

Dejar de manera abrupta los medicamentos para la EM puede conllevar riesgos, potencialmente provocando la reactivación de la enfermedad y un aumento del riesgo de recaídas.

Siempre consulta con tu proveedor de atención médica antes de realizar cambios en tu régimen de medicamentos.

¿Cuáles son los riesgos de dejar de manera abrupta los medicamentos para la esclerosis múltiple?

Dejar de manera abrupta los medicamentos para la esclerosis múltiple puede llevar a la reactivación de la enfermedad, un aumento del riesgo de recaídas y un posible empeoramiento de los síntomas.

Es crucial seguir el plan de tratamiento recetado y buscar orientación de tu proveedor de atención médica al considerar cualquier cambio.

¿Cómo puedo evitar el sobre esfuerzo y gestionar la fatiga con la esclerosis múltiple?

Gestionar la fatiga con la esclerosis múltiple implica dosificar tus actividades, tomar descansos y dar prioridad al descanso.

Escuchar tu cuerpo, practicar técnicas de manejo del estrés e incorporar ejercicio regular y moderado puede contribuir a una mejor gestión de la fatiga.

¿Puede el estrés desencadenar los síntomas de la esclerosis múltiple y cómo se puede gestionar?

Sí, el estrés puede desencadenar los síntomas de la EM.

Gestionar el estrés implica adoptar técnicas de relajación como la meditación, el yoga o ejercicios de respiración.

Buscar apoyo de amigos, familiares o profesionales y mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida también es esencial.

¿Es necesario informar a mi proveedor de atención médica sobre todos los medicamentos, incluidos los de venta libre?

Sí, es crucial informar a tu proveedor de atención médica sobre todos los medicamentos, incluidos los de venta libre.

Esto les ayuda a tomar decisiones informadas sobre tu plan de tratamiento para la EM, garantizando la compatibilidad y evitando posibles interacciones.

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